debate y bate

martes, 3 de marzo de 2009

vivencias y reflexiones en torno a la escuela 01



Por: Alvaro García García

Queridos amigos maestros y estudiantes, que han tenido la oportunidad de compartir diversos conceptos acerca del aprendizaje, de la enseñanza, de la problemática educativa; durante la convivencia propia de nuestro quehacer pedagógico, en lo referente a la necesidad de buscar estrategias pertinentes que aporten de una manera u otra a la creación de ámbitos de formación altamente relevantes, para que tanto los docentes como los estudiantes entren en una dinámica de mayores significados que permita la comprensión, tanto de lo se busca aprender, como de la consciencia que hay que manifestar por los procesos que se suceden en el interior de nuestro cerebro durante el transcurso del aprendizaje.

Muchos de ustedes me han escuchado plantear lo novedoso e interesante que es ser maestro en la actualidad; aún así nos enfrentemos a disimiles preocupaciones y dificultades en el propio desempeño de nuestras actividades de aula, en especial allí en el momento en que enfrentamos a nuestros estudiantes para iniciar el dialogo que permite la interacción en torno a la temática que se va plantear como estudio, sé que muchos no lo consideran así, pero los invito a no desfallecer, a no desesperarnos, la impulsividad no deja nada más que estrés y angustias.

Por el contrario, animémonos a replantear lo que hemos venido desarrollando, ajustemos cada uno de los detalles, incluso nuestras actitudes frente a los jóvenes, no olvidemos lo difícil y tortuoso que ha sido el camino de las investigaciones científicas desde cada una de las ramas que pueden hacer posible una comprensión clara y precisa de lo que es el aprendizaje y la práctica educativa. Una estrategia muy dinamizadora es el dialogo fraterno con nuestros compañeros de trabajo en el fragor de una experiencia concreta, ejemplo redactar un documento con nuestras ideas, un debate sobre ciertas argumentaciones, foros a través del ciberespacio. La interdisciplinariedad debe ser una constante que haga red entre las disciplinas de conocimiento que modelan el plan de estudios de la institución. Una razón muy significativa que debemos tener presentes los maestros, es la opción de preparar a nuestros alumnos para pensar y leer comprensiva y críticamente, de modo tal; que ellos puedan expresarse con la mayor autonomía y convencimiento argumentativo, implementar un proyecto como este es una excelente propuesta de transformación.

Considero que ustedes compañeros maestros y estudiantes han tenido la oportunidad de aplicar o resolver según el caso, los diferentes problemas y actividades que me he ingeniado para hacer de las clases encuentros significativos, y donde se refleja la coherencia entre mis pensamientos y mis prácticas. Con ello, también deseo aportar a la búsqueda de modelos y experiencias que permitan romper la estructura obsoleta y paquidérmica del sistema educativo basado en la transmisión estéril de la información y la adquisición de destrezas conductuales, solo no podré, espero sus ayudas, pero aún así continuare expresando mis deseos e inquietudes.

En cuanto a lo conductual, son situaciones que cada uno de ustedes bien han podido experimentar cotidianamente en el desarrollo de las diferentes actividades que se suceden durante la vida escolar que frecuentamos. Donde las directrices obedecen a mantener un comportamiento ceñido a unas reglas de convivencia, el llamado de atención, el llamado a los padres de familia, el estudio en los colectivos de evaluación y por último la sanción aprobada por las comisiones de evaluación, que al final haya un cambio actitudinal de los infractores. Mientras se hace nada, absolutamente nada por llevar a cabo un estudio serio en torno a los procesos cognitivos que son los inciden en estas manifestaciones que frecuentan nuestros estudiantes o al estudio o conocimiento acertado de sus deficiencias cognitivas que no le permiten otras percepciones diferentes ni el planeamiento efectivo para minimizarlas, todo pasa y nada queda en torno a esta propuesta que ha de ser la verdadera finalidad del proceso educativo.

Por otro lado, no olvidemos que el desarrollo de la ciencia para la investigación del aprendizaje y la práctica educativa, hoy más que nunca ha aumentado considerablemente desde las diversas opciones que permiten las ramas del conocimiento. Pero aún así nuestro interés como maestros que estamos obligados a estar actualizados y estar al tanto de lo más relevante de los últimos adelantos, comprendiéndolos al menos medianamente se halla años luz de nuestras intenciones. Por ejemplo, aprender a aprender y aprender a pensar han sido por mucho tiempo unos slogan que no lograron traspasar los vericuetos de nuestras mentes para organizar otras percepciones, no hubo nada nuevo, se esfumaron calladamente y las viejas ideas siguieron orquestando los contenidos en el recinto del aula desquebrajando las ansias de aprender de los jóvenes que debieron romper el paradigma con la inquietud por lo virtual y digital en los espacios de sus hogares. Aprender a pensar y aprender a aprender se escuchó y nada más, pero muy pocos se acercaron a saber al menos de que se trataba y como sería viable implementar estas ideas.

Estamos enterados de cómo se han disparado los avances tecnológicos de manera desmedida a la cual nos vemos avocados cada día, y nos es esencial saber cómo ocurren los procesos neuronales durante el acto de aprendizaje, y de qué manera incide la cultura en lo que cada uno de nuestros estudiantes percibe y asimila, pues es necesario comprender como debe ser la reflexión sobre lo que enseñamos, sobre cómo lo enseñamos y sobre cómo debemos evaluar lo que ellos, nuestros estudiantes aprenden. ¿Y qué sucede?, que aún permanecemos indiferentes entregando contenidos obsoletos.

Los foros y debates en que he participado de manera virtual me han logrado conmover en torno a las diferentes temáticas, que exponen y me he dado a la tarea de ofrecer planteamientos relevantes y no muy cotidianos, para lo cual he diseñado y aplicado encuestas y estas han arrojado datos no muy halagadores que ponen al descubierto el estado cognitivo y sociocultural en que se hallan nuestros jóvenes frente a los contenidos y actividades que deben comprender para alcanzar ciertos aprendizajes, al igual que el fracaso del sistema educativo refrendado en cada una de las acciones operativas que desarrollamos a diario, como también consignadas en el proyecto educativo, el currículo y los planes de estudios adoptados para llevar a cabo las cotidianas practicas pedagógicas.


Saber de manera concreta que de 150 estudiantes de grado octavo solo tres presentan o manifiestan atributos para considerar que poseen una estructura cognitiva según su desarrollo que les puede permitir razonamientos significativos y relevantes es un bajísimo porcentaje.

Saber que de 700 estudiantes encuestados solo 30 les agrada la lectura es una razón que nos permite considerar la incidencia que tiene el contexto cultural en donde habita cada uno de ellos y los grandes retos que se nos presentan a los maestros, de los cuales muchos ni se enteran y los demás no quieren ni pensarlo porque se comprometen, sobre todo en la actualidad donde se enmarca como un vendaval de equívocos que rodea los confines de la soledad y la anarquía que alimenta cotidianamente a las instituciones, donde cada quien hace lo que puede y el otro no sabe nada de lo que su compañero puede aportar.

No permitamos que continúe la desesperanza, nuestros estudiantes en estos estados de bajo perfil cognitivo nos necesitan hoy más que nunca, no dejemos que caigan en la incertidumbre de ahí viene la violencia que nos ha acompañado por largas décadas.

Bien compañeros estos son otros argumentos para tener en cuenta al reestructurar un currículo.

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