Comparto las apreciaciones de mi amigo Alfredo Valderrama, la situación que vive la educación es un reflejo de lo que vive el país, el mundo y cada una de sus instituciones.
Aunando una expericiencia más a las que expresa Alfredo. Me pregunto ¿Cómo es posible que haya tanta alaraca por aprobar la dosis personal? ¿Qué intereses hay de por medio? ¿Cuál es el verdadero significado, o la connotación que se desprende de esa propuesta? ¿Porque no se puede concebir semejante desatino con el sofisma de ayudar a la juventud, si la verdadera razón para ayudar esta en ofrecerle una verdadera educación que le permita ser pensante y crítico, amoroso del arte, de la investigación. ¿Por qué no aprueban medidas altamente significativas para optimizar la enseñanza y el prendizaje. Ahora la actual crisis parece ser que les ha permitido cambiar de postura a nuestros gobernantes, ahora ya no más a la guerra, los dineros invertidos no han dado frutos relevantes y ahora si puede haber acuerdos. A los buenos lectores, las connotaciones de sus palabras (lectura entre lineas) no nos pueden engañar. Y entonces a la educación seguiran tratando de hallarle calidad a lo obsoleto con sus famosos mejoramientos, ¿Qué calidad puede darse con 46 alumnos en un salon? Me agradaria ver a un ministr@ de Educación con 46 alumnos en efervecencia y calor, moviéndose de un lado a otro y hablando de todo, menos del tema y si aprueban la dosis personal con un “cachito” mientras “ella” o “él” habla… y lo digo porque al no tomar ninguna posición al respecto, se lee que esta de acuerdo con la medida.
Alfredo es mejor seguir creyendo en esa vieja máxima que alguna vez entonamos
“Política y teatro son cosas peligrosas salvemos al enfermo la plaga es contagiosa”
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